¿Qué es una cata orientada a ventas?
Una cata de ventas es aquella que no busca solo recopilar datos técnicos, sino generar una experiencia tan positiva que el cliente quiera seguir probando… y comprando.
En otras palabras: es el primer paso de un embudo comercial.
¿Cómo funciona ese embudo comercial?
- Atracción: Invitas al cliente a una sesión sensorial. Puede ser una comparativa de productos propios, una reformulación o un blind test.
- Interés: Durante la cata, el cliente se involucra. Opina, pregunta, siente que forma parte del proceso.
- Deseo: Si la experiencia es positiva y diferencial, el cliente empieza a visualizar el producto en su línea de negocio.
- Acción: Post-cata, se le envían los resultados, conclusiones, y una propuesta adaptada. Se ha generado conexión, credibilidad y necesidad.
Claves para que funcione
- No vender en la cata. Se trata de escuchar y dejar que el producto hable.
- Personalización extrema. Muestras adaptadas al tipo de cliente o canal.
- Datos sensoriales + negocio. No solo sabor: también ventajas competitivas, potencial de mercado, etc.
- Follow-up inmediato. El día siguiente debe haber una propuesta o insight útil.
Un ejemplo real
En una demo sensorial con una gran marca de lácteos, se compararon tres versiones de un nuevo yogur funcional. El cliente valoró la textura, dulzor y persistencia en boca. Al terminar, más allá de los datos sensoriales, quedó convencido de que el perfil 2 tenía “ese algo” que conecta con sus consumidores. Dos semanas después, estaba firmando un contrato piloto.
Conclusión: vender desde los sentidos
En sectores donde el producto se prueba antes de comprarse, la cata es la demo.
Y como en cualquier buena demo, lo importante no es enseñar todo… sino despertar el deseo de seguir explorando.